Todos acusamos el verano y el calor y las mascotas no son ajenas a esto. Los perros, especialmente los grandes y peludos, también lo pasan mal cuando el calor aprieta. Si además el perro es un cachorro activo el problema será conseguir que se quede quieto y a la sombra en las horas de más calor.
Algunos animales no son conscientes del calor que hace y juegan distraídos hasta que finalmente, sufren un golpe de calor. Esto es algo muy peligroso que puede llegar a causar la muerte del animal.
Para prevenir este tipo de cosas hay que tener siempre disponible para el perro agua fresca, pero no solo para que beba. Si a tu animal le gusta jugar con el agua puedes comprarle una de esas piscinas para terrazas especiales para perros que se pueden encontrar en las tiendas de animales.
Estas piscinas son pequeñas, por lo que resultan totalmente seguras para la estructura de la casa ya que no tienen una gran cantidad de agua. Se trata tan solo de que el perro pueda revolcarse en el agua y refrescarse para seguir jugando o durmiendo la siesta a la sombra, pero mucho más fresco e hidratado.
Son muy parecidas a las piscinas para niños que también se pueden montar en la terraza. Recuerda que antes de montar una piscina hinchable o de gran tamaño debes de comprobar que el suelo puede soportar ese peso, ya que una piscina llena de agua y con gente en el interior puede sobrepasar con mucha facilidad el peso por metro cuadrado que puede soportar una estructura normal de un edificio.
Quizás te sorprenda saber que algunos gatos también adoran el agua, aunque lo hagan a su manera. Aunque hemos visto vídeos de gatitos que se bañan en la piscina y nadan felices, lo habitual es que no sea así. Pero sí que agradecerán que les abras de vez en cuando el grifo del cuarto de baño o del fregadero para que puedan mojar un poco la cabeza, beber agua corriente y lavarse las patitas.
Es muy divertido observar este comportamiento. Incluso hay gatos que meten las patas en la piscina para refrescarlas, aunque no entren con todo el cuerpo. Por eso, muchos dueños les compran fuentes para beber que les permiten tomar el agua del chorro y también mojar las orejas cuando así lo desean.